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Ya le diste una oportunidad a la dieta mediterránea (?)

Dieta mediterránea

La artritis es sin duda una enfermedad bastante difícil de llevar, sin embargo, no todo es medicamentos, la alimentación que tenemos también es un factor a tomar en cuenta en nuestro cuidado, y hasta el momento, la dieta mediterránea a sobresalido como de las más recomendadas.

Su éxito está en cubrir de forma balanceada los requisitos necesarios de micronutrientes, vitaminas y minerales adecuados para tener una reducción importante en diversos problemas de la salud, sobre todo en casos cardiovasculares y de enfermedades crónicas como la artritis.

Las últimas pruebas realizadas en España, en específico por el doctor Miguel Ángel Martínez González, miembro del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra, así lo confirman, como lo dió a conocer en la exposición de su conferencia "Dieta mediterránea y salud" durante el XLV Congreso Nacional de la Sociedad Española de Reumatología (SER), recién efectuado en mayo. 

Señaló que si bien no existen estudios del todo concluyentes, todos apuntan en una misma dirección, una dieta de este tipo apuntan a dar un efecto de mejoría y protección en casos de artritis reumatoide, ya que ayudan a combatir puntos como la dolencia y la inflamación, propias de dicha enfermedad. 

Otro punto importante de la dieta mediterránea, es su recomendación como un régimen alimenticio ideal para bajar de peso, ya que al reducir el índice de obesidad, dejamos descansar a nuestras articulaciones, aminorando el dolor que se sufre por los episodios de crisis de la artritis.

¿En que consiste la dieta mediterránea?

Una de las constantes de esta dieta, es el uso del aceite de oliva, el cual tiene propiedades que ayudan a reducir el dolor, mejorando la calidad de vida de las personas que sufren de artritis.

Esta dieta consiste en un mayor consumo de vegetales y grasas monoinsaturadas (nueces, aguacate, aceite de canola; oliva; cártamo; girasol, aceite y mantequilla de maní y aceite de ajonjolí), y en menor cantidad carnes (pollo y pescado principalmente) y carbohidratos.

En esta dieta se reduce en gran medida el consumo de carnes rojas, dulces y huevos, y como bebida predilecta se encuentra el vino, no obstante, podemos prescindir de este sin ningún problema.

El único cuidado que debemos tener con esta dieta, -si la seguimos estrictamente-, es complementarla con vitaminas, principalmente hierro y calcio, ya que estos elementos se reducen en gran medida por la baja de carnes y lácteos.