Es el adiós de una número 1 del tenis y campeona de Grand Slam. La danesa Caroline Wozniacki decidió dejar la raqueta en el baúl de los recuerdos. Después de atravesar varios años complicados debido a una enfermedad, la jugadora aseguró que el Abierto de Australia será su última vez de manera profesional dentro de las canchas
Wozniacki, 29 años, cerrará una carrera en la que ocupó el número uno del ranking mundial durante 71 semanas. "He jugado profesionalmente desde que tenía 15 años. Con 30 títulos individuales de la WTA, el número uno del ranking mundial durante mucho tiempo, una victoria en las Finales de la WTA, 3 Juegos Olímpicos disputados, incluso llevando la bandera de mi Dinamarca natal, y un título de 'Grand Slam' en Australia 2018, he logrado todo lo que pude soñar en la cancha", escribió Wozniacki en su cuenta de Instagram.
Si bien la danesa aseguró que su retiro no está relacionado con la salud, la actual número 37 del circuito femenino batalló largamente contra los dolores. Hace un tiempo confesó que en septiembre de 2018 le diagnosticaron artritis reumatoide, una enfermedad autoinmune que causa inflamación de las articulaciones y fatiga. La danesa contó que comenzó a notar esos síntomas después de Wimbledon del año pasado, donde perdió en la segunda rueda, y que una mañana no pudo levantar los brazos sobre su cabeza. "De todas maneras este anuncio no tiene nada que ver con mi salud, ni es un adiós", aseguró.
"Cuando me enteré de la noticia al principio fue un shock, solo sientes que eres la atleta más en forma que hay, o eso estaba en mi cabeza y de repente tienes que lidiar con esto. Ha sido muy duro asimilarlo. Después del Abierto de los Estados Unidos tuve que averiguar qué estaba pasando realmente. Entonces fue cuando lo descubrí. Fui a ver a uno de los mejores médicos que hay y empecé el tratamiento", remarcó.
Casada con el jugador de la NBA David Lee, en otro de sus posteos de Instagram recuerda sus padecimientos clínicos: "El hecho de que me diagnosticaran artritis reumatoide el año pasado me provocó un gran impacto. Fue muy importante para mí demostrar que aún podía ser una dura competidora".
Ahora, la danesa buscará nuevos rumbos e intentará crear conciencia acerca de la enfermedad que la tuvo a maltraer en los últimos meses. "Siempre me he dicho cuando llegue el momento, hay cosas fuera del tenis que quiero hacer, y ya es hora de hacerlo. En los últimos meses me di cuenta de que hay mucho más en la vida que me gustaría disfrutar fuera de la cancha. Casarme con David era una de esas metas y formar una familia con él mientras continuaba viajando por el mundo y ayudando a crear conciencia sobre la artritis reumatoide (mi próximo proyecto) son ahora mis pasiones de cara al futuro".